jueves, 28 de diciembre de 2017

Si ¡tal vez!

¿Revelamos quienes somos? ¿Y nos dejamos de mentiras? ¿Si dejamos de usar metáforas y  ¿decimos las cosas como realmente son? Tal vez no lo hacemos, porque somos mas frágiles de lo que demostramos, un corazón sincero es fácil de destruir con unas cuantas palabras.

Esta noche escribiré para ti


Mi pajarillo, la metamorfosis resulto ser un éxito. Te veo volar con esa grandes alas blancas que tanto deseaste. Te oigo cantar, en ese momento me acuerdo cuando llegabas de tus presentaciones y silbadas con tanta alegría. 
En el radio suena nuestra canción que bailábamos después de unas copas de vino. 
¡Ya no éstas! Te extraño, la soledad es desgarradora, añoro tu presencia. 
La guitarra que tocabas para mí, sigue rota, una cuerda se rompió, la cogí, la acaricie como tú lo hacías conmigo; con tanta delicadeza.
Una carta cayó en ella, decía cuanto me amabas, el dolor que me provocaría tu vuelo, las decisiones que tomaste las cuales estas arrepentido. En ese momento una lágrima resbaló por mi mejilla.
Apunto de romper en llanto, en la ventana de nuestro escondite, sonaba unos pequeños golpesitos, eras ¡tú! Salí, te habías ido dejaste una pequeña hoja junto con una de tus hermosas plumas.
La cogí con tantas fuerzas, recordé el momento que me decías que íbamos a volver a estar juntos por siempre volando en el cielo azul y tu cuerpo se volvía libre para siempre.
Mi pajarillo cuento los días para volver a bailar nuestra canción.